Arrancamos la primera jornada de
viernes en la ECO 2015 presentando un primer tema acerca de algo que en un
mundo como el de hoy del siglo XXI es visto como un problema para la sociedad y
en especialmente en los jóvenes... “¿Cuál es mi plan de vida?” Parece una
pregunta demasiado complicada o difícil de que un joven la responda. Pablo nos
modificó esa pregunta para transformarla en algo que nos creó ese famoso nudo
en el pecho que se hace imposible desatar y nos obligó a reflexionar... “¿Qué
querés ser cuándo seas grande?”
Creo que haber modificado esa
primera pregunta en algo tan sencillo (que cualquier niño podría responder), a
más de uno nos trasladó a nuestra niñez donde seguramente soñábamos de grande
con ser policía, bombero, jugador estrella de algún deporte, cantante,
astronauta, doctor, veterinario... y podría seguir numerando respuestas porque
nuestra imaginación volaba y nunca tenía fin, ya que ese "ser grande"
parecía cada vez más lejano, hasta que en un abrir y cerrar de ojos nos
encontramos a punto de terminar el secundario, sin darnos cuenta que estamos a
un paso de llegar al momento de tomar esa decisión de nuestro futuro y hacerla
realidad. Muchos de nosotros puede ya tener una idea de lo que quiere para su
futuro, y otros puede que no sea así. Pero entonces, ¿qué pasó con ese sueño de
niño? Pues, la respuesta es que nunca trabajamos duramente para conseguirlo, se
hizo cada vez difícil y hoy nos encontramos sabiendo la realidad, en lo que hay
que luchar para alcanzar nuestras metas de la vida ¿Y qué es todo esto de
nuestro plan de vida, de nuestras metas, de nuestro futuro que cada día se
acerca más y parece estar a un paso de nosotros? Es nuestro "Norte".
La vida es un camino, una ruta por la cual vamos a muchísima velocidad y no
aprovechamos ese trayecto para planear lo que habrá más allá de ella. Todo eso
lo vimos en una simple imagen este viernes pasado: una ruta en la cual no
podíamos observar a dónde se dirigía ni qué tan larga sería... Esa es nuestra
vida, y nosotros por más que no podamos ver más allá de lo que estamos
viviendo, (porque es lógico, nadie predice el futuro) podemos imaginar a donde
queremos llegar, nosotros construimos nuestra vida. "Miremos hacia el
norte" nos decía incontables veces Pablo. ¿Cuál es nuestro destino? ¿Qué
es lo que quiero lograr, qué metas tengo, cómo voy a contribuir para éste
mundo? ¿Quién voy a ser? Esa es nuestra ruta de la vida, es lo que esperamos
que haya en nuestro camino.
¿Pueden ocurrirnos cosas que no
tengamos pensado?
La respuesta es un SÍ enorme,
nosotros planificamos nuestra ruta, la soñamos. A veces quizás nos encontremos
con situaciones que nos obliguen a cambiar de rumbo, que nos hagan tropezar,
que nos hagan detener. Pero siempre que podamos superarlas con esfuerzo tenemos
que regresar al camino que nos lleve a nuestro norte.
Pero no todo es tan fácil como
parece, no es simplemente tener nuestro
norte, sino buscarlo. Para ello tenemos que trabajar duro y esforzarnos,
detenernos un poco a pensar ¿Todo lo que hago me sirve para conseguir mi norte?
Tenemos que "Dejar de hacer para empezar a hacer". ¿Qué nos quiere
decir? Hay veces que en nuestra vida tenemos que sacrificar muchas de nuestras
actividades cotidianas o diarias que no nos ayudan a seguir por nuestro norte,
ese es nuestro "dejar de hacer" y ahora nos preguntamos ¿Para qué?
pues para comenzar a luchar y trabajar duro haciendo lo que en verdad nos gusta
y cosas que nos ayudan a seguir por el camino hacia el futuro soñado, nuestro
norte, nuestro destino. Ese es el “empezar a hacer”. No sirve con decir, mi
norte es éste, y no hacer nada. Esperar a ver si la oportunidad para cumplirlo
viene sola... ¿Ah no? Bueno ahora mi
norte entonces es éste y lo cambio... ¡NO! Así siempre nuestro futuro estará
dando vueltas y sin destino y al momento que nos damos cuenta ya es tarde para
pensar en un futuro o terminamos haciendo lo que no nos motiva a seguir con
nuestro plan de vida. Los logros no llegan solos, nuestras metas no se cumplen
solas. Para lograrlas hay que luchar, trabajar duro, equivocarse para aprender.
Parece imposible a veces pensar
de ésta manera, pero ¿sabés el motivo por qué lo decimos? Porque estamos siendo
controlados, estamos dejando que algo nos manipule y nos obligue a correr en
nuestra vida. Y sí... hablo del TIEMPO. Un tiempo que jamás se detiene, un
tiempo que te sigue a todos lados, como decía Pablo, el "reloj de la
vida”: "¡TIC TAC!" apurate que yo no me detengo, nos dice, alcanzame.
Vivimos pendientes del tiempo y eso es porque no sabemos administrarlo.
Parecemos grabadores diciendo como excusa a todo lo que no pudimos hacer:
"no tuve tiempo". La respuesta en realidad sería "no administré
bien mi tiempo".
La propuesta que nos ponemos es
cambiar el dominio de ésta contienda. Nosotros contra el tiempo. Nuestra vida contra
el tiempo. Nuestras metas contra el tiempo. Nuestras obligaciones contra el
tiempo... Nuestro norte contra el tiempo. El dominio lo tenemos que tener
nosotros, el tiempo no puede controlarnos, nosotros tenemos que cambiar y
empezar a dominarlo a él.
La propuesta de Pablo fue que
cada uno pueda planificar cada semana, marcar qué vamos a hacer en la misma sin
olvidar de aprovechar lo más posible el tiempo. Y algo que no debe faltar en
ello, nuestro descanso. ¿Hablo de dormir? No, hablo de despejar la mente, hacer
actividades que nos relajen, que disfrutemos hacer. Ese es el verdadero
descanso intelectual que nos ayudará a refrescar la mente para el momento en
que tengamos que seguir en nuestro día a día: generar ideas, debatir,
enfrentarse a los problemas de la vida, etc.
Con un proyecto de vida, con una
buena administración del tiempo. Se puede decir que vamos por buen camino,
pero... ¡TIC! ¡TAC!, te recuerdo que el reloj nunca se detiene. Empezá ahora.
Ezequiel Barrales. alumno ECO 2015
Excelente resumen! Gracias Ezequiel!
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