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miércoles, 2 de septiembre de 2015

Plan de vida y organización del tiempo.

Arrancamos la primera jornada de viernes en la ECO 2015 presentando un primer tema acerca de algo que en un mundo como el de hoy del siglo XXI es visto como un problema para la sociedad y en especialmente en los jóvenes... “¿Cuál es mi plan de vida?” Parece una pregunta demasiado complicada o difícil de que un joven la responda. Pablo nos modificó esa pregunta para transformarla en algo que nos creó ese famoso nudo en el pecho que se hace imposible desatar y nos obligó a reflexionar... “¿Qué querés ser cuándo seas grande?”
Creo que haber modificado esa primera pregunta en algo tan sencillo (que cualquier niño podría responder), a más de uno nos trasladó a nuestra niñez donde seguramente soñábamos de grande con ser policía, bombero, jugador estrella de algún deporte, cantante, astronauta, doctor, veterinario... y podría seguir numerando respuestas porque nuestra imaginación volaba y nunca tenía fin, ya que ese "ser grande" parecía cada vez más lejano, hasta que en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos a punto de terminar el secundario, sin darnos cuenta que estamos a un paso de llegar al momento de tomar esa decisión de nuestro futuro y hacerla realidad. Muchos de nosotros puede ya tener una idea de lo que quiere para su futuro, y otros puede que no sea así. Pero entonces, ¿qué pasó con ese sueño de niño? Pues, la respuesta es que nunca trabajamos duramente para conseguirlo, se hizo cada vez difícil y hoy nos encontramos sabiendo la realidad, en lo que hay que luchar para alcanzar nuestras metas de la vida ¿Y qué es todo esto de nuestro plan de vida, de nuestras metas, de nuestro futuro que cada día se acerca más y parece estar a un paso de nosotros? Es nuestro "Norte". La vida es un camino, una ruta por la cual vamos a muchísima velocidad y no aprovechamos ese trayecto para planear lo que habrá más allá de ella. Todo eso lo vimos en una simple imagen este viernes pasado: una ruta en la cual no podíamos observar a dónde se dirigía ni qué tan larga sería... Esa es nuestra vida, y nosotros por más que no podamos ver más allá de lo que estamos viviendo, (porque es lógico, nadie predice el futuro) podemos imaginar a donde queremos llegar, nosotros construimos nuestra vida. "Miremos hacia el norte" nos decía incontables veces Pablo. ¿Cuál es nuestro destino? ¿Qué es lo que quiero lograr, qué metas tengo, cómo voy a contribuir para éste mundo? ¿Quién voy a ser? Esa es nuestra ruta de la vida, es lo que esperamos que haya en nuestro camino.
¿Pueden ocurrirnos cosas que no tengamos pensado?
La respuesta es un SÍ enorme, nosotros planificamos nuestra ruta, la soñamos. A veces quizás nos encontremos con situaciones que nos obliguen a cambiar de rumbo, que nos hagan tropezar, que nos hagan detener. Pero siempre que podamos superarlas con esfuerzo tenemos que regresar al camino que nos lleve a nuestro norte.
Pero no todo es tan fácil como parece, no es simplemente  tener nuestro norte, sino buscarlo. Para ello tenemos que trabajar duro y esforzarnos, detenernos un poco a pensar ¿Todo lo que hago me sirve para conseguir mi norte? Tenemos que "Dejar de hacer para empezar a hacer". ¿Qué nos quiere decir? Hay veces que en nuestra vida tenemos que sacrificar muchas de nuestras actividades cotidianas o diarias que no nos ayudan a seguir por nuestro norte, ese es nuestro "dejar de hacer" y ahora nos preguntamos ¿Para qué? pues para comenzar a luchar y trabajar duro haciendo lo que en verdad nos gusta y cosas que nos ayudan a seguir por el camino hacia el futuro soñado, nuestro norte, nuestro destino. Ese es el “empezar a hacer”. No sirve con decir, mi norte es éste, y no hacer nada. Esperar a ver si la oportunidad para cumplirlo viene  sola... ¿Ah no? Bueno ahora mi norte entonces es éste y lo cambio... ¡NO! Así siempre nuestro futuro estará dando vueltas y sin destino y al momento que nos damos cuenta ya es tarde para pensar en un futuro o terminamos haciendo lo que no nos motiva a seguir con nuestro plan de vida. Los logros no llegan solos, nuestras metas no se cumplen solas. Para lograrlas hay que luchar, trabajar duro, equivocarse para aprender.
Parece imposible a veces pensar de ésta manera, pero ¿sabés el motivo por qué lo decimos? Porque estamos siendo controlados, estamos dejando que algo nos manipule y nos obligue a correr en nuestra vida. Y sí... hablo del TIEMPO. Un tiempo que jamás se detiene, un tiempo que te sigue a todos lados, como decía Pablo, el "reloj de la vida”: "¡TIC TAC!" apurate que yo no me detengo, nos dice, alcanzame. Vivimos pendientes del tiempo y eso es porque no sabemos administrarlo. Parecemos grabadores diciendo como excusa a todo lo que no pudimos hacer: "no tuve tiempo". La respuesta en realidad sería "no administré bien mi tiempo".
La propuesta que nos ponemos es cambiar el dominio de ésta contienda. Nosotros contra el tiempo. Nuestra vida contra el tiempo. Nuestras metas contra el tiempo. Nuestras obligaciones contra el tiempo... Nuestro norte contra el tiempo. El dominio lo tenemos que tener nosotros, el tiempo no puede controlarnos, nosotros tenemos que cambiar y empezar a dominarlo a él.
La propuesta de Pablo fue que cada uno pueda planificar cada semana, marcar qué vamos a hacer en la misma sin olvidar de aprovechar lo más posible el tiempo. Y algo que no debe faltar en ello, nuestro descanso. ¿Hablo de dormir? No, hablo de despejar la mente, hacer actividades que nos relajen, que disfrutemos hacer. Ese es el verdadero descanso intelectual que nos ayudará a refrescar la mente para el momento en que tengamos que seguir en nuestro día a día: generar ideas, debatir, enfrentarse a los problemas de la vida, etc.

Con un proyecto de vida, con una buena administración del tiempo. Se puede decir que vamos por buen camino, pero... ¡TIC! ¡TAC!, te recuerdo que el reloj nunca se detiene. Empezá ahora.


Ezequiel Barrales. alumno ECO 2015

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