domingo, 12 de junio de 2016

"Ser feliz es saber de mí mismo"


El viernes pasado vino a hablar un ex piloto de la Fuerza Aérea, quien se sirvió de una analogía del mundo de Tolkien para desarrollar el tema.

Comenzó la charla hablando sobre las problemáticas que enfrentamos hoy en día como sociedad y de origen que tiene esas problemáticas, que vendría a ser el hombre mismo. El disertante hablo de distintos problemas en todo el mundo y llegamos a la conclusión que lo único que tienen en común es al hombre, así que los problemas surgirían del hombre hacia otros hombres.

En lo que se refiere a las problemáticas sociales actuales hizo especial hincapié en la insensibilidad social que se ha generado producto de la velocidad a la que vivimos, y por ende a la que nos vemos forzados a procesar la información que se nos proporciona.

Ya más en detalle habló sobre las diferencias entre un profesional bueno y un profesional exitoso, aunque también sea aplicable a las personas como personas por sí mismas. Esta diferencia es en esencia si vos sos amo de las riquezas y el poder o si por el contrario estas cosas te controlan a vos.

Siguiendo, hablo sobre la necesidad de tener un faro. Algo que te guie en los momentos en los que la tentación es demasiado fuerte, una especie de refuerzo a tus valores. A ese respecto también hablo sobre la necesidad de impulsar el cambio desde donde estamos nosotros, porque digamos que uno de nosotros llega a ser presidente de la nación, si a esta persona nunca se preocupo por impulsar el cambio no va a empezar solamente por ser presidente.

Para finalizar dijo que ser feliz es saber de mí mismo y que el bien y la felicidad deberían ir de la mano.

Después de la charla, dimos comienzo al taller de oratoria, durante el cual recibimos unos cuantos consejos básicos. Por ejemplo: mirar al público en general, que estar nervioso es normal, que hay que dirigirse siempre con respeto, que hay que saber a quienes me estoy dirigiendo y evitar las muletillas.

Más específicamente, en lo referente al discurso en general hay que hacer una investigación previa,  seria y vasta. Hay que tener una idea central clara y hay que ordenar el mensaje de manera tal que este llegue de manera clara, veraz y convincente. Además de que hay que adecuar el discurso al público, al nivel cultural, al grado de conocimiento del auditorio sobre el tema y al tiempo del que se dispone.  Sobre el contenido del discurso se dijo que algunos recursos válidos son la experiencia personal, la familiaridad que tiene uno con el tema, la personificación y en pocas palabras llegar de la razón al corazón.

En lo que se refiere a las partes del discurso, se hablo de la “vaquita de la memoria” (eh?) y estas partes son cuatro: el impacto, una manera de captar la atención del auditorio; el puente, como conectar el impacto con el contenido del discurso; el desarrollo, el discurso en sí; la conclusión, lo que queremos que la gente se lleve del discurso sí o sí; y que todo esto debe estar sobre pilares firmes, es decir, un objetivo que tenemos que tener en claro desde antes de que empecemos a planear el discurso. Sobre la conclusión, además, establecimos que podemos terminar con una frase célebre, una idea propia, una pregunta abierta, una recomendación o exhortación, o un resumen.

Además, se planteo la necesidad de ser flexible y no depender siempre de las “mismas hojas amarillas y gastadas”, disponer de cierta agilidad mental y capacidad de improvisación. Se planteo la necesidad de encontrar un equilibrio entre la preparación y la espontaneidad. Y se recalco la importancia de la vocalización, la modulación y el correcto timbre y tono de voz.

Para finalizar el taller hicimos un ejercicio en el cual se nos pedía que vendiéramos algo (un edificio, un centro comercial y un carrito de chorigol “El Dante”) agregándole distintos productos y servicios  medida que se nos iban presentando en forma de imágenes (total de 9, sin contar lo que se iba a vender y el cartel de muchas gracias). Las imágenes cambiaban con bastante velocidad y lo que me parece a mí que se buscaba era ver que tan bien se nos daba improvisar.

Para finalizar la jornada, se dijeron los distintos proyectos sobre los que habíamos pensado, aunque no entramos muy en detalle sobre casi ninguno y la mayoría ya se quería ir y no prestaba mucha atención a esa altura del partido. Nos dividieron en grupos y armamos los grupos de Whatsapp.

Laura Trotta
Alumna ECO 2016

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