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martes, 21 de octubre de 2014


El compromiso social es esa obligación que tomamos para con todos aquellos que se encuentran a nuestro alrededor. Es una labor social en la que invertimos tiempo, dinero, ideas, ganas en un proyecto destinado a cumplir las necesidades de la sociedad.
Una persona está realmente comprometida con un proyecto cuando hace todo por alcanzar su meta y se empeña al máximo en su trabajo poniendo todas sus capacidades para conseguir llevarlo a cabo, aunque eso implique dejar de hacer cosas para uno mismo.
El tiempo es algo divino, es lo más preciado que tenemos y una vez que se va no vuelve más, pero… ¿no es más valioso compartirlo con alguien que lo necesite en vez de malgastarlo en mí mismo? ¿Cómo puedo comprometerme con cualquier cosa si no puedo ni siquiera prestar mi tiempo, si soy egoísta?
Comprometerse socialmente es darse por completo, es saber que sí se puede cambiar, es ser consciente de que por más que mis acciones sean pequeñas van a valer la pena si logran cambiarle la vida, la semana o el día a una persona.
No es necesario hacer una movida mundial, ni gastar millones de dólares, ni dejar mis estudios o mi trabajo para comprometerme con algo. A veces puede bastar con una sonrisa, con una mirada, con una iniciativa. Lo principal es proponérselo, es quererlo, es salir todos los días a buscar ese cambio convencido de que puedo lograrlo.

Necesitamos darnos cuenta del potencial que tenemos como sociedad para hacer MUCHISIMO más. ¡Dejar de esperar que los otros nos empujen y empezar a movernos por nosotros mismos! Cuando empezamos a comprometernos y a tirar de esa soga del bien, de la lucha, de las posibilidades es cuando nos damos cuenta de que no tendría que existir nada más en el mundo, que no hay nada más satisfactorio que la risa de un chico que puede estar jugando en vez de estar pidiendo monedas en la calle; que la sonrisa de una persona que va a poder comer después de días, que va a tener algo con qué abrigarse en el invierno…
Por suerte, en Rosario en Acc!ón podemos ver a muchos jóvenes comprometerse a más, a MUCHO MÁS. Esta reflexión es dedicada a ellos, a los que todos los días SUEÑAN con hacer un CAMBIO pero que no se quedan sólo en el sueño sino que HACEN ALGO para CONSEGUIRLO. Nuestras acciones nos definen por eso decidimos dejar de ser la “juventud perdida” para ser la “JUVENTUD COMPROMETIDA”.
Ojalá cada día seamos más los que soñamos por una sociedad mejor, mientras tanto nosotros seguiremos LUCHANDO por conseguirla…




Aimará Rodriguez Bossio

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