martes, 23 de septiembre de 2014

"Existe un punto en el que uno decide querer su propia vida...."

Existe  un punto en el cual uno puede  querer  las  drogas, como también existe  aquel en el que uno decide  querer  su propia  vida.

Una adicción es como una muleta sin la cual "somos incapaces de disfrutar la vida". Sin embargo, muchas de las actividades a las que somos adictos también pueden ser maneras sanas de pasar un buen rato. El problema surge cuando perdemos la capacidad de ser felices por nosotros mismos, cuando nuestra felicidad depende de algo más. Estamos cómodos con ellas, es lo seguro, lo que me hace pasar un buen rato, lo que me relaja… y no sabemos lo felices y libres que podríamos ser si nos alejáramos de ellas. Reconocer que tenemos un problema nos hace sentir débiles y daña la imagen que tenemos de nosotros mismos, pero es también un signo de humildad y necesario para comenzar de nuevo.  No tengas miedo de pedir ayuda, sobre todo si la adicción es fuerte y te está causando mucho daño. Hacé cosas que te hagan sentir bien. Aprende a disfrutar de vos mismo, de las cosas buenas que tiene la vida. Más allá de esas cosas que nos hacen adictos (la tecnología, las drogas, el alcohol, la obsesión con un cuerpo perfecto...) y que supuestamente nos hacen "disfrutar la vida" hay mil maneras  de disfrutarla realmente.

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