1.- Título y objetivo coherentes con nuestras habilidades, experiencia y expectativas del nuevo empleo. ¿Qué cualidades específicas posees para ocupar el puesto que te interesa? En pocas palabras ¿Qué quiero y qué ofrezco? Sé lo más concreto posible y deja fuera los objetivos personales.
2. Lista de tus trabajos en orden cronológico del más reciente al más antiguo, que sean relevantes con el objetivo expuesto inicialmente, sin incluir aquellos de más de seis años de antigüedad.
3.- Escolaridad: título obtenido, fecha e institución, del más reciente (doctorados y/o maestrías) al más antiguo, que sería la carrera. La preparatoria, secundaria, primaria y kinder no se incluyen.
5.- Cursos relevantes que estén respaldados con un diploma y que sean coherentes y se relacionen con el objetivo y la trayectoria profesional. Cursos de cocina, cerámica y tae - kwon do no se incluyen.
6.- Programas de cómputo que manejas. No se sobreentiende que los manejas si no los mencionas, no especificarlos te puede cerrar puertas.
7.- Idiomas: cuantifica de la manera más clara tu dominio del idioma. Los porcentajes son muy relativos y uno suele ser demasiado benévolo consigo mismo. Si puedes poner calificación del Toefl o título obtenido en escuelas de prestigio, es mejor. Hazte esta pregunta, para efectos del trabajo a realizar ¿tienes algún problema con el idioma, como mantener una conversación fluida, entender diversos acentos, mantener conversaciones telefónicas y conocer los tecnicismos de tu área? Entonces lo dominas al 100%. Si no entiendes inglés antiguo, poesía o slang australiano, no importa si para fines del trabajo a realizar eres completamente bilingüe. Tampoco hay que ser radical en esta vida.
8.- Información adicional: solamente debes incluir nacionalidad, edad y estado civil. La fecha de nacimiento, RUT, número de cédula profesional, número de cartilla militar, de licencia y pasaporte, nombre y ocupación del cónyuge, número de hijos con el nombre de cada uno y año que cursan no se incluyen.
CONSEJOS
Una o dos hojas como máximo. Si tienes demasiadas cosas maravillosas que contar y son más de dos hojas, selecciona los logros más importantes o más recientes.
Papel blanco o color muy claro, de calidad, sin adornos.
Impreso, por ningún motivo lo escribas a mano.
No se incluye nunca portada. No escribas el título (ya sabemos que es un Currículum Vitae).
Tiene que transmitir visualmente claridad y profesionalidad (papel blanco, frases cortas, letras mayúsculas y con formato estandar, elegante y sencillo; destaca con negrita cierta información o apartados).
Utiliza verbos de acción.
Evita usar muchos recursos decorativos, como encuadrar, colores , párrafos muy amplios.
Se honesto en el contenido , positivo y vende lo mejor de ti mismo.
Bien redactado y revisa la ortografía. Usa diferentes sinónimos para evitar repeticiones y sensación de poca riqueza de vocabulario y por lo tanto , poca capacidad de fluidez verbal. No uses abreviaturas.
Estructúralo en función de lo que consideras son tus puntos fuertes: (Habilidades y logros primero, o bien experiencia en varios puestos similares, e incluso si un requisito esencial es cierto título)
Hoy en día, y desde hace buen tiempo, el mundo entero clama por el surgimiento de nuevos líderes. Da la impresión de que ya no los «hacen» como antes. Son escasos, y cuando aparecen no cubren las expectativas que ciframos en ellos. Vivimos a la espera de líderes que nos salven, rogando por el advenimiento de superhéroes, de superdotados, de titanes que echen sobre sí, como Atlas, el mundo y nuestros problemas.
Cuando hablamos de líderes solemos hacerlo como si se tratase de seres supremos, de criaturas sobrenaturales que sean capaces de hechizar a las masas y de repartir hazañas entre todos. Más aún, hemos afinado a tal punto nuestras exigencias que los «estándares de calidad» que reclamamos para los líderes emergentes se elevan casi a la velocidad con que evolucionan los microprocesadores y los teléfonos móviles. Hoy día, nadie sirve. Hoy día, nadie se atreve.
Los líderes no tienen por qué ser héroes. En realidad, es tan equivocado asociar liderazgo con heroísmo como dar por sentado que es un don para elegidos. Esta visión limitada y limitante del liderazgo mutila la iniciativa de muchos para erigirse como líderes, a pesar de tener sobradas condiciones para hacerlo. La mayoría desiste, sencillamente, al notar que no ha venido al mundo ni con una musculatura hercúlea ni con poderes sobrenaturales para cumplir con lo que la gente espera de un líder.
El ejercicio delliderazgo no tiene nada que ver con mover grandes masas de gente, ni con la palabra ni con la fuerza bruta. Es verdad que hacen falta personas que desarrollen el liderazgo colectivo, pero también es cierto que anuestro alcance está la posibilidad de activar pequeños liderazgos en la gente que nos rodea y, más importante, en nosotros mismos.
Líder es aquella persona que logra que alguien se «mueva» a hacer algo que nosotros queremos que haga y que ella lo hace desde su libre albedrío y por voluntad propia, con ganas. No tiene que ver con «mover» a mucha gente y todo el tiempo, tiene que ver con mover aunque sea a una persona y por pocos momentos. Y es que el liderazgo es un fenómeno que no estáreservado para pocos. No. Es un fenómeno que todos ejercemos con frecuencia y por momentos.
No se puede ser líder todo el tiempo. El liderazgo se vive por momentos. Cuandoaceptemos esta verdad nos estaremos dando el permiso de vivir mas plenamente esos pequeños momentos de liderazgo y, poco a poco, casi sindarnos cuenta, estaremos viviendo más y más momentos de liderazgo.
Los líderes no sólo nacen, también se hacen. Sólo hay que tomar la decisión y atrevernos a influir y entusiasmar a otros. Nos sorprenderá entonces ver que ciertamente hay líderes por todos lados.