miércoles, 30 de septiembre de 2015

Los individuos marcan goles... los equipos ganan partidos.

Más de una vez somos egoístas a la hora del trabajo en equipo, nos cerramos en nuestras propias ideas, reaccionamos mal cuando no compartimos lo que otro integrante propone, nos aferramos a lo nuestro y solo eso es lo que creemos válido. Pero... ¿Por qué? ¿Por qué no dejamos que los demás participen? ¿Por qué somos tan egocéntricos? ¿Por qué no escuchar? ¿Por qué no darnos la oportunidad de conocernos a la hora de trabajar en conjunto?
Solo basta con ver lo que sucede a diario en el océano donde un solo pez es una carnada fácil para sus depredadores, pero su instinto de supervivencia los lleva a disponerse en cardúmenes de miles de sus iguales, ya que comprendieron, que para alcanzar un objetivo es fundamental el cooperar unos con otros, aportando lo mejor de cada uno. Porque esta es la mejor forma de superar lo que el destino nos deparará.
No está mal tener ideas distintas, de ellas pueden surgir enormes innovaciones, después de todo, los opuestos suelen complementarse. Debemos darnos la oportunidad de conocer, de no juzgar y de aceptar las distintas personalidades que existen dentro del grupo, ninguna es mejor o más importante que otra. Cada uno es especial, cada uno aporta algo útil para que la actividad en conjunto sea posible y sea, por así decirlo, "la mejor". Tampoco nos tenemos que olvidar de nosotros, acordémonos que para ser buenos líderes primero tenemos que ser líderes de nosotros mismos. Nuestras actitudes y aptitudes son las que nos hacen únicos y por esto hay que cuidarlas, hay que conocernos y hay que saber actuar frente a las distintas situaciones que se nos presentan.

Y por último no nos olvidemos de mantener en alto la célebre frase de Alexandre Dumas, escritor de la novela “Los Tres Mosqueteros”: Uno para todos, y todos para uno…
                                                                                                                                                                     
                                                                                                                                                       Melina Martínez y Anabel Baldo, alumnas ECO 2015.

jueves, 24 de septiembre de 2015

“Todo se le perdona a un líder… excepto equivocarse”

El liderazgo forma parte de las capacidades del ser humano. Un líder es aquel que influye sobre un conjunto de personas motivadas para alcanzar un objetivo en común, pero… ¿qué pasaría si ese líder, esa cabeza que encamina a un grupo se equivocase?
Afirma un dicho popular: “errar es de humanos”. Pero tras meditar aquel postulado nos preguntamos entonces… Si el líder no tiene permitido equivocarse, ¿el líder escapa de su condición humana por el hecho de “ser líder”? Pareciera que ya en el siglo V a.C. Platón no dudó al reconocer que el error es inadmisible para el líder. Pensándolo en una primera instancia, no dudaríamos en apoyar aquella idea: una mala decisión, una equivocación, un simple desliz, por más mínimo que sea puede afectar gravemente al grupo.
Pero replanteándonos una vez más la situación, podemos detenernos y reflexionar más objetivamente. Sería válido preguntarnos ¿Es el error el problema? ¿Se conoce a un líder cuyas conductas sean perfectas, un líder  que no se haya equivocado nunca?
Aquellos últimos interrogantes nos invitan a concluir lo siguiente: el problema no es que el líder cometa un error, el problema es que persevere en el error. Frente a una confusión suya, se pondrán en juego sus virtudes; esas cualidades no accidentales, sus dotes esenciales, esos que lo hacen ser lo que es: un LÍDER.  Su vida de entrega, de servicio; su corazón humilde, dócil y abierto, y en especial, su pasión por emprender, por ser  mejor persona cada día son cuestiones fundamentales a la hora de reivindicarse en el camino correcto nuevamente tras equivocarse. Cada uno de estos valores deben ser patrones diarios en la vida del líder. Un líder tiene prohibido corromperse, no puede permitir que los valores mundanos, ni que los intereses particulares erosionen su esencia de liderazgo. No puede encerrarse en sí mismo. El líder debe ser íntegro, fiable. Debe ser el defensor por excelencia de los pareceres de cada uno de quienes conduce. El líder debe ser plenamente consciente de sí, de sus capacidades. Un líder tiene que ser sembrador de optimismo, un verdadero servidor en la vida de los demás.  Un líder, como dijo Napoleón, “es un negociador de esperanzas”

Tomás Mingardo, alumno ECO 2015

viernes, 18 de septiembre de 2015

AGENDA SEMANAL

Les dejamos por acá la imagen para que se puedan descargar y armar su propia agenda semanal
#ECO2015

agenda semanal

A trabajar sin descanso, a dar sin medida- Líder social

¿Qué es un líder? Un líder es una persona que conduce a un grupo con un fin determinado , dando el ejemplo, manifestando lo que las personas quieren o necesitan, siendo un guía para ellas, motivándolas para lograr lo que no se animan a hacer o les cuesta alcanzar.

Un líder tiene una determinante circunstancial, es decir, debe manejarse dentro de sus posibilidades, ya sea de espacio, tiempo o entorno social. Todo líder que influya de buena manera tiene que contar con una firme columna de valores. El origen del cambio es el compromiso, el compromiso es lo que diferencia a una persona de otra: líder es el que se compromete, el que genera el cambio haciendo las cosas y no solamente diciéndolas, el que posee una formación, el que no permita que otros decidan por él.

‘El idealista es aquel que comprende que su misión inicia donde su responsabilidad termina’  Idealista es el que está firmemente convencido que lo posible es posible, es quien lucha por lograr sus sueños y que sin importar cuanto tiempo lleve, es perseverante y sabe que vencerá. Es la persona que tiene el don de ver las cosas como deberían ser, el que sabe ver más allá de los límites, es el que está bien parado en la tierra pero con la mirada hacia el cielo.

El mundo necesita gente que ame lo que hace, eso es principalmente lo que determina el futuro de cada uno. Si hoy en día no contáramos con la influencia de nuestro entorno familiar o social, nuestros miedos o inseguridades, se podría decir que seríamos una ‘auténtica llave’, es decir, una llave que solamente abre una puerta, la cual muchas veces no sabemos dónde está situada, pero si la encontramos, entra en juego nuestra decisión en abrir nuestra puerta. Muchas veces nos dejamos llevar por comentarios ajenos que no reflejan lo que en verdad queremos y por miedo seguimos el estereotipo reflejado por otros. Nunca una persona va a amar lo que hace si no es lo que en realidad desea ser, se necesitan personas que deseen hacer lo que deben día a día con dedicación, compromiso, paciencia y sobre todo amor. No dejes que te manipulen, sé autentico. No dejes que nadie te detenga, abrí tu puerta.

Algunas de las características que podemos encontrar en un líder es su generosidad, el compartir como virtud, no tiene límite el número de buenos actos que puede realizar, el trabajar sin descanso para cumplir metas o satisfacer necesidades de los demás en cada minuto sin importar la opinión de los demás, el pelear la batalla sin miedo a que ser herido. Un líder no busca más recompensa que saber qué hace todo por el bien de los demás, y dar sin medida, con sudor y esfuerzo en cada momento. ¿Vos qué tenés para dar?

Ariana Fanara, alumna ECO 2015



jueves, 10 de septiembre de 2015

"La esencia de la ECO es confiar en los jóvenes"

En el mundo hay millones de personas y a pesar de eso no somos todas iguales. Tenemos una esencia, aquello invariable y permanente, lo que hace que algo sea lo que es. Cuando hablamos del ser, de nosotros, nos referimos a que más allá de los cambios superficiales que atravesamos, la esencia es lo que nos hace únicos.
El dinero y la fama en varias oportunidades cambian a las personas, los aleja. Pero por más que intentemos la identidad es aquello que nos define como individuos. "Somos los mismos en todo momento"
Me siento cómoda sabiendo que la Eco confía y cree en la esencia de los jóvenes y apuesta a las iniciativas, metas y sueños que todos tenemos y queremos alcanzar. 
 Martina Montoya, alumna ECO 2015.


"Para ser un líder ante la sociedad tengo que ser un líder de mí mismo". Esta frase nos demuestra que ante todo para empezar el cambio tenemos que empezar por nosotros mismos y lo que nos hace ser nosotros es nuestra esencia, eso que nunca cambia. Además nos forma nuestra identidad, ya que nos hace ser quienes somos y nos vuelve únicos e inigualables.
Ana Gaggioti, alumna ECO 2015.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

Plan de vida y organización del tiempo.

Arrancamos la primera jornada de viernes en la ECO 2015 presentando un primer tema acerca de algo que en un mundo como el de hoy del siglo XXI es visto como un problema para la sociedad y en especialmente en los jóvenes... “¿Cuál es mi plan de vida?” Parece una pregunta demasiado complicada o difícil de que un joven la responda. Pablo nos modificó esa pregunta para transformarla en algo que nos creó ese famoso nudo en el pecho que se hace imposible desatar y nos obligó a reflexionar... “¿Qué querés ser cuándo seas grande?”
Creo que haber modificado esa primera pregunta en algo tan sencillo (que cualquier niño podría responder), a más de uno nos trasladó a nuestra niñez donde seguramente soñábamos de grande con ser policía, bombero, jugador estrella de algún deporte, cantante, astronauta, doctor, veterinario... y podría seguir numerando respuestas porque nuestra imaginación volaba y nunca tenía fin, ya que ese "ser grande" parecía cada vez más lejano, hasta que en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos a punto de terminar el secundario, sin darnos cuenta que estamos a un paso de llegar al momento de tomar esa decisión de nuestro futuro y hacerla realidad. Muchos de nosotros puede ya tener una idea de lo que quiere para su futuro, y otros puede que no sea así. Pero entonces, ¿qué pasó con ese sueño de niño? Pues, la respuesta es que nunca trabajamos duramente para conseguirlo, se hizo cada vez difícil y hoy nos encontramos sabiendo la realidad, en lo que hay que luchar para alcanzar nuestras metas de la vida ¿Y qué es todo esto de nuestro plan de vida, de nuestras metas, de nuestro futuro que cada día se acerca más y parece estar a un paso de nosotros? Es nuestro "Norte". La vida es un camino, una ruta por la cual vamos a muchísima velocidad y no aprovechamos ese trayecto para planear lo que habrá más allá de ella. Todo eso lo vimos en una simple imagen este viernes pasado: una ruta en la cual no podíamos observar a dónde se dirigía ni qué tan larga sería... Esa es nuestra vida, y nosotros por más que no podamos ver más allá de lo que estamos viviendo, (porque es lógico, nadie predice el futuro) podemos imaginar a donde queremos llegar, nosotros construimos nuestra vida. "Miremos hacia el norte" nos decía incontables veces Pablo. ¿Cuál es nuestro destino? ¿Qué es lo que quiero lograr, qué metas tengo, cómo voy a contribuir para éste mundo? ¿Quién voy a ser? Esa es nuestra ruta de la vida, es lo que esperamos que haya en nuestro camino.
¿Pueden ocurrirnos cosas que no tengamos pensado?
La respuesta es un SÍ enorme, nosotros planificamos nuestra ruta, la soñamos. A veces quizás nos encontremos con situaciones que nos obliguen a cambiar de rumbo, que nos hagan tropezar, que nos hagan detener. Pero siempre que podamos superarlas con esfuerzo tenemos que regresar al camino que nos lleve a nuestro norte.
Pero no todo es tan fácil como parece, no es simplemente  tener nuestro norte, sino buscarlo. Para ello tenemos que trabajar duro y esforzarnos, detenernos un poco a pensar ¿Todo lo que hago me sirve para conseguir mi norte? Tenemos que "Dejar de hacer para empezar a hacer". ¿Qué nos quiere decir? Hay veces que en nuestra vida tenemos que sacrificar muchas de nuestras actividades cotidianas o diarias que no nos ayudan a seguir por nuestro norte, ese es nuestro "dejar de hacer" y ahora nos preguntamos ¿Para qué? pues para comenzar a luchar y trabajar duro haciendo lo que en verdad nos gusta y cosas que nos ayudan a seguir por el camino hacia el futuro soñado, nuestro norte, nuestro destino. Ese es el “empezar a hacer”. No sirve con decir, mi norte es éste, y no hacer nada. Esperar a ver si la oportunidad para cumplirlo viene  sola... ¿Ah no? Bueno ahora mi norte entonces es éste y lo cambio... ¡NO! Así siempre nuestro futuro estará dando vueltas y sin destino y al momento que nos damos cuenta ya es tarde para pensar en un futuro o terminamos haciendo lo que no nos motiva a seguir con nuestro plan de vida. Los logros no llegan solos, nuestras metas no se cumplen solas. Para lograrlas hay que luchar, trabajar duro, equivocarse para aprender.
Parece imposible a veces pensar de ésta manera, pero ¿sabés el motivo por qué lo decimos? Porque estamos siendo controlados, estamos dejando que algo nos manipule y nos obligue a correr en nuestra vida. Y sí... hablo del TIEMPO. Un tiempo que jamás se detiene, un tiempo que te sigue a todos lados, como decía Pablo, el "reloj de la vida”: "¡TIC TAC!" apurate que yo no me detengo, nos dice, alcanzame. Vivimos pendientes del tiempo y eso es porque no sabemos administrarlo. Parecemos grabadores diciendo como excusa a todo lo que no pudimos hacer: "no tuve tiempo". La respuesta en realidad sería "no administré bien mi tiempo".
La propuesta que nos ponemos es cambiar el dominio de ésta contienda. Nosotros contra el tiempo. Nuestra vida contra el tiempo. Nuestras metas contra el tiempo. Nuestras obligaciones contra el tiempo... Nuestro norte contra el tiempo. El dominio lo tenemos que tener nosotros, el tiempo no puede controlarnos, nosotros tenemos que cambiar y empezar a dominarlo a él.
La propuesta de Pablo fue que cada uno pueda planificar cada semana, marcar qué vamos a hacer en la misma sin olvidar de aprovechar lo más posible el tiempo. Y algo que no debe faltar en ello, nuestro descanso. ¿Hablo de dormir? No, hablo de despejar la mente, hacer actividades que nos relajen, que disfrutemos hacer. Ese es el verdadero descanso intelectual que nos ayudará a refrescar la mente para el momento en que tengamos que seguir en nuestro día a día: generar ideas, debatir, enfrentarse a los problemas de la vida, etc.

Con un proyecto de vida, con una buena administración del tiempo. Se puede decir que vamos por buen camino, pero... ¡TIC! ¡TAC!, te recuerdo que el reloj nunca se detiene. Empezá ahora.


Ezequiel Barrales. alumno ECO 2015