miércoles, 1 de mayo de 2013

El líder.


El líder es el protagonista de las escuelas de liderazgo y formación ECO, pero ¿alguna vez te detuviste a pensar verdaderamente qué es ser un líder? ¿Qué es lo fundamental de este? ¿Cuál es su rumbo y su meta? ¿Qué cualidades tiene?
Este líder es el que conducirá a un grupo, sus seguidores, a un fin determinado, es por eso que debe saber a qué rumbo quiere conducirlos. Pero para eso, deben tener en claro qué clase de líder quieren ser: un líder positivo o negativo. ¿Un líder basado en valores o uno que haga el mal? ¿Un líder con grandes ideales o aquellos que no apuntan más arriba de sus ojos? ¿Un líder para los demás o para él mismo?
Es fundamental que sepan el rumbo que desean tomar y que sus seguidores lo conozcan, ya que las decisiones las tomará el líder pero las consecuencias las afrontan  todos, es por eso que Aristóteles decía “Todo se le permite a un líder menos que se equivoque”
Nuestros verdaderos y grandes líderes serán aquellos que sueñen alto, pero con los pies en la tierra, aquellos que tengas ideales nobles, aquellos que estén dispuestos a dejar todo por mantener el rumbo y llegar a su meta, aquellos que actúen con pasión infinita por lo que anhelan, y sobre todo aquellos que no teman ser distintos, que no tengan miedo de jugársela por sus ideales.Por eso es fundamental que en la juventud cada uno defina sus verdaderos ideales, porque este es el momento, ¡hoy y ahora!
Pero ahora bien, como es lógico, el líder tiene ciertas características que son fundamentales para desarrollarse como este. Principalmente tiene una determinante circunstancial favorable (circunstancias en las que desarrolla su vida); un contenido en valores, lo que conforma su “columna vertebral” y lo que marca la diferencia entre una persona y otra; y por último e igual de importante, el compromiso, que es el origen del liderazgo.
Son los pequeños gestos de cada día los que nos convierten en líderes. Decir lo que se piensa, respetar lo que creen los demás y comunicar con respeto. Contagiar nuestros valores a través de nuestras acciones.
El líder debe comprometerse consigo mismo, y esto hará que los demás se comprometan. Un líder tiene fuerza. Cree. Imagina, es creativo. Plantea sus objetivos, y quiere cumplirlos. Trabaja con felicidad, optimismo y paciencia, sabiendo que nada le llegará fácil. No se hace problema por cosas que no puede controlar, y utiliza todas las herramientas que pueda para llegar a su meta.
Un líder no se plantea sus fines para conseguir reconocimiento de los demás por ello, sino para demostrarse a sí mismo que puede llegar adonde quiera. Es servicial, humilde y no es egoísta. Comparte lo que sabe, lo que tiene, con el fin de que los demás se contagien con su hacer y decir.
Un líder enseña con los hechos más que con las palabras.
Es un alma que tiene la fuerza, el carácter y la voluntad de decir "quiero" en vez de "quisiera" y eso lo diferencia.
Un líder da el primer paso, se cae mil veces, pero se levanta cada vez, siempre con una sonrisa; avanza, y no se rinde.
El líder organiza, planifica, y se toma tiempo para renovarse. Se da cuenta de que tendrá que sacrificar algo para cumplir sus metas, pero lo hace. Luego, se siente satisfecho y no se arrepiente de todo lo que hizo por su misión.
El líder ama su patria y la defiende, quiere lo mejor para ella. Tiene un alma joven, y tal vez nunca se conozca su nombre, pero su satisfacción será plena porque él sabrá que hizo lo que debía hacer.
El líder sabe que el camino no es fácil y que habrá problemas, pero no se alarma. Para cada problema hay un millón de soluciones posibles. Evalúa y elije lo que cree correcto.
El líder vive su vida y no deja que nadie la viva por él. El líder vive con pasión, y confía. Confía en que algún día llegará a sus metas.

"Hace más el que quiere que el que puede".





Julieta Fassi

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